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Oración a San Francisco de Sales


Glorioso San Francisco de Sales, 

vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;
vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;
vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto
lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,
y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.
Enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar
de los Corazones de Jesús y de María.

Amén.

Aprobación de las Constitutiones del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote

29 de enero 2016

Las constituciones del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote definitivamente aprobadas por la Santa Sede!

 En este 25 aniversario de su fundación, el día de la fiesta de San Francisco de Sales, uno de los santos patronos del Instituto, la Comisión Ecclesia Dei aprobó definitivamente las Constituciones de esta orden de canónigos seculares.

 


Septuagesima - Avisos

 
 
 
 Amigo, no te hago ningún agravio: ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete: pues yo quiero dar a este último tanto como a ti. ¿O es que no puedo yo hacer de lo mío lo que quiero? ¿Acaso tu ojo es malo, porque yo soy bueno? Así que los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos. Porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos.
 

Avisos de la Semana: 

 Para empezar la Cuaresma.

El sábado 13 de febrero tendremos una Jornada de Convivencia y Formación en el Valle de los Caídos a las 13 hs. Acabaremos con la Santa Misa por la tarde. 

Lourdes: 

Se encuentran abiertas las inscripciones para participar de la peregrinación al Santuario de Lourdes. Más información.

Secundo domingo después de la Epifania - Avisos


“Envió el Señor su palabra y los sanó; y los arrancó de la muerte. Alaben al Señor por sus misericordias y sus maravillas en favor de los hijos de los hombres”.
Gradual de la Santa Misa del Día.
Peregrinación a Lourdes, inicio de las inscripciones. 
Miércoles: 20,15 hs Catecismo de Confirmación.
Jueves: 21,30 hs Adoración.
Viernes: - de 18 hs a 19,30 hs Catecismo de perseverancia (niños).
               - 21 hs Catecismo de adultos.
Sábado: - 10 hs Catecismo de primera comunión.
              - 11 hs Catecismo de niños.

Octava del Epifanía, fiesta del bautizo de Nuestro Señor Jesucristo


El relato evangélico del bautismo de Jesús, que hoy hemos escuchado según la redacción de san Lucas, muestra el camino de abajamiento y de humildad que el Hijo de Dios eligió libremente para adherirse al proyecto del Padre, para ser obediente a su voluntad de amor por el hombre en todo, hasta el sacrificio en la cruz. Siendo ya adulto, Jesús da inicio a su ministerio público acercándose al río Jordán para recibir de Juan un bautismo de penitencia y conversión. Sucede lo que a nuestros ojos podría parecer paradójico. ¿Necesita Jesús penitencia y conversión? Ciertamente no. Con todo, precisamente Aquél que no tiene pecado se sitúa entre los pecadores para hacerse bautizar, para realizar este gesto de penitencia; el Santo de Dios se une a cuantos se reconocen necesitados de perdón y piden a Dios el don de la conversión, o sea, la gracia de volver a Él con todo el corazón para ser totalmente suyos. Jesús quiere ponerse del lado de los pecadores haciéndose solidario con ellos, expresando la cercanía de Dios. Jesús se muestra solidario con nosotros, con nuestra dificultad para convertirnos, para dejar nuestros egoísmos, para desprendernos de nuestros pecados, para decirnos que si le aceptamos en nuestra vida, Él es capaz de levantarnos de nuevo y conducirnos a la altura de Dios Padre. Y esta solidaridad de Jesús no es, por así decirlo, un simple ejercicio de la mente y de la voluntad. Jesús se sumergió realmente en nuestra condición humana, la vivió hasta el fondo, salvo en el pecado, y es capaz de comprender su debilidad y fragilidad. Por esto Él se mueve a la compasión, elige «padecer con» los hombres, hacerse penitente con nosotros. Esta es la obra de Dios que Jesús quiere realizar; la misión divina de curar a quien está herido y tratar a quien está enfermo, de cargar sobre sí el pecado del mundo.
 Papa Benedicto XVI, 13/01/2013

Fiesta de la Sagrada Familia


Oración por la Familia
Dios, de quien proviene toda paternidad en el cielo y en la tierra: Padre, que eres amor y vida, haz que cada familia humana que habita en nuestro suelo, sea, por medio de tu Hijo Jesucristo,"nacido de mujer" y mediante el Espíritu Santo, fuente de Caridad Divina, un verdadero santuario de vida y amor para las nuevas generaciones.
Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los cónyuges, para bien propio y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte sostén humano, para que crezcan en la verdad y el amor.
Haz que el amor, reforzado por la gracia del Sacramento del Matrimonio, se manifieste más fuerte que cualquier debilidad o crisis que puedan padecer nuestras familias.
Te pedimos por intermedio de la Familia de Nazaret, que la Iglesia pueda cumplir una misión fecunda en nuestra familia, en medio de todas las naciones de la tierra.
Por Cristo, nuestro Señor, Camino, Verdad y Vida, por los siglos de los siglos. Amén.
S.S. Juan Pablo II

1° de enero - circuncisión del Señor


Habiendo llegado el octavo día, en que el Niño había de ser circuncidado, fue llamado Jesús (Lc. 2,21).

El texto evangélico termina con una mención a la circuncisión de Jesús. Según la ley de Moisés, un niño tenía que ser circuncidado ocho días después de su nacimiento, y en ese momento se le imponía el nombre. Dios mismo, mediante su mensajero, había dicho a María –y también a José– que el nombre del Niño era «Jesús» (cf. Mt 1,21; Lc 1,31); y así sucedió. El nombre que Dios había ya establecido aún antes de que el Niño fuera concebido se le impone oficialmente en el momento de la circuncisión. Y esto marca también definitivamente la identidad de María: ella es «la madre de Jesús», es decir la madre del Salvador, del Cristo, del Señor. Jesús no es un hombre como cualquier otro, sino el Verbo de Dios, una de las Personas divinas, el Hijo de Dios: por eso la Iglesia ha dado a María el título de Theotokos, es decir «Madre de Dios». (Benedicto XVI, 01/01/2013)